El diagnóstico de la diabetes, ¿cómo saber aceptarlo?
El primer momento clave de la diabetes es el preciso instante en el que nos la diagnostican. Es un momento en el que nos pueden asaltar los miedos, y en el que en cierto modo, por poco que sepamos de la diabetes, sabemos que vamos a tener muchos cambios en nuestra vida.
¿Cómo podemos encajar mejor la nueva situación? Lo primero es no tener miedo. Sí, va a haber cambios. Y nos vamos a tener que cuidar más. Pero todas las personas deberían, tengan o no diabetes. Poco a poco te irás dando cuenta de que hábitos como comer bien, hacer ejercicio, descansar correctamente… van a provocar que lleves una vida normal. ¡Y quizá incluso llegues a encontrarte mejor que antes!
La nueva situación se acabará normalizando. Y debemos intentar justo eso, aceptar la enfermedad, adaptarnos a esos nuevos cambios que nos indicará nuestro médico, e irnos habituando a ellos.
La información es clave. Una vez que sepamos en qué consiste la enfermedad, nos quedaremos mucho más tranquilos. Y una vez que conozcamos los riesgos de la diabetes, habremos dado el primer paso para evitarlos.
En esta etapa de adaptación, el apoyo de familia, amigos, y por supuesto de los profesionales sanitarios es muy importante.
Un problema muy habitual es que la persona con diabetes se siente sola ante la enfermedad y los cambios que conlleva. Por eso es importante saber que tenemos personas que nos pueden ayudar.
En ese sentido, puede ser muy beneficioso contactar con la asociación de personas con diabetes de tu localidad. Conocer a otras personas que viven con la enfermedad puede ser muy positivo. Te llevará a estar más informado y acudir a charlas y cursos en los que aprender a cuidar mejor la diabetes, compartirás experiencias, y comprobarás en tercera persona cómo otros viven con total normalidad su diabetes.
Además, irás conociendo toda la tecnología que hoy en día existe para controlar mejor la enfermedad.
Resumiendo: si te acaban de diagnosticar diabetes no hay que asustarse, hay que aceptar lo que viene con la enfermedad y adaptarse a ello. Y, para que no sea una carga muy pesada, contar con el apoyo de otras personas.
Ya verás cómo la diabetes no va a ponerte ningún límite.