Viviendo con un perro de alerta, entrevista con Teresa María Verdejo
A Teresa le cambió la vida, y su relación con la diabetes, cuando llegó a casa el pequeño Denuy, un perro de alerta que la avisa cuando su glucosa está baja.
Desde entonces nos cuenta sus aventuras juntos en su cuenta de Instagram.
Hablamos con ella sobre cómo es la vida con un perro de alerta.
¿Cómo llegó el perro a tu vida?
Pues el perro viene de una asociación que está en Zaragoza llamada CANEM, y llegó gracias a buscar por Internet, y a un destino raro de un fin de semana en Zaragoza. Allí encontré un perro guía y a su usuario, y pensar “para la diabetes tiene que existir”.
¿Qué señales específicas te da tu perro cuando detecta un cambio en tus niveles de glucosa?
Señales específicas es que te mira fijamente y emite un par de ladridos diferentes a como ladra un perro; y no sólo en diabetes, si no para epilepsia igual.
¿Qué impacto ha tenido tener un perro de alerta en tu manejo de la diabetes?
El impacto es que al vivir sola aparte de llevar un sensor que avisa, mi perro Denuy va 15 a 20 minutos antes, es una ayuda más.
¿Tienes que seguir algún tipo de rutina para mantener su entrenamiento?
Siempre se le premia: le decimos “buen chico, buen trabajo”, y le damos 100g de cereales.
¿Cómo reaccionan las personas cuando ven que tienes un perro de alerta?
Las personas por suerte reaccionan bien, pero otras montan ciscos; no tienen la mente tan abierta para que puedan entran en metro, autobús, tren… va siempre con su chaleco, carnet y documentación.
¿Hay algún desafío en vivir con un perro de alerta, como accesos limitados a lugares públicos?
Desafío que no nos de miedo en denunciar, porque existe una Ley Animal, que los protege; y pueden entrar en teatros, centros comerciales, restaurantes y hotel.