Cómo evitar las hipoglucemias al hacer ejercicio
El ejercicio es, junto a la correcta alimentación, una de las claves para controlar la diabetes. No sólo nos ayuda a mantenernos en nuestro peso, mejorar la circulación, o regular nuestro metabolismo. También aumenta la sensibilidad a la insulina y reduce los niveles de glucosa, de forma que disminuye la necesidad de la hormona en nuestro cuerpo.
Sin embargo, debemos mantener bajo control ese descenso de glucosa que nos produce el ejercicio, para evitar una posible hipoglucemia. La actividad física tiene capacidad de reducir los niveles de glucosa hasta 24 horas después de ejercitarnos, por lo que es importante vigilar nuestro cuerpo para adelantarnos a un descenso excesivo de nuestros niveles de glucosa.
Pero, ¿cómo controlar estos descensos? Lo ideal es contar con un sistema de asa cerrada, que nos permita ajustar las dosis de insulina según la tendencia de los niveles de glucosa, y nos avise con una alarma si aún así los niveles caen demasiado bajo.
Pero también hay otros consejos que nos ayudarán a mantenernos lejos de las hiperglucemias. El primero y más evidente es no comenzar el ejercicio si ya estamos en niveles demasiado bajos o detectamos la presencia de cuerpos cetónicos. Si es el caso, tocará retrasar la actividad unas horas o incluso pasarla al próximo día.
Si los niveles no son especialmente bajos, subirlos un poco antes de la actividad puede ser suficiente. Como con cualquier asunto relacionado con la diabetes el ejercicio, las recomendaciones de tu médico son la guía a seguir en estas situaciones.
Para no llegar al ejercicio bajos, si sabemos que vamos a hacer ejercicio, podemos disminuir la administración de insulina tras la última comida previa. ¿Cuánto la disminuimos? Nuevamente, vuestro médico os dará una guía, que podréis ajustar a medida que tengáis experiencia.
Una vez comenzado el ejercicio, si éste es corto y no es intenso, bastaría con controlar los niveles de glucosa justo antes, y justo después.
Por contra, si es un ejercicio largo, deberemos controlar los niveles en uno o varios puntos intermedios, e incluso consumir hidratos rápidos si es necesario.
Pero, como hemos dicho, las bajadas de glucosa también pueden producirse tras la actividad. A medida que repitamos entrenamientos iremos aprendiendo cómo responde nuestro cuerpo a ellos. Pero, por muy confiados que estemos al conocer nuestro cuerpo, siempre nos haremos un control justo antes de ir a dormir, para prevenir una hipoglucemia nocturna. Y, claro, ¡no nos saltaremos la cena si hemos hecho ejercicio!
Básicamente todo lo que tenemos que hacer es mantener el control de nuestros niveles glucémicos, para detectar si éstos están en descenso, y evitar así ningún problema.
Un sencillo cuidado que nos permitirá disfrutar de todas los beneficios del deporte para nuestra salud.