Por primera vez en mi vida con diabetes
Hoy Óscar López de Briñas (Reflexiones de un Jedi Azucarado) echa la vista atrás para comprobar cómo los adelantos en diabetes han ido cambiando su vida desde que le diagnosticaron diabetes.
El mes que viene en junio de 2022 cumpliré un año más con diabetes. Un “cumpleaños diabético”. Esa efeméride que casi todos recordamos cuando llega (pero por supuesto no celebramos) y que inevitablemente nos hace recordar, enviándonos al pasado de nuestro diagnóstico (que no “debut”, palabra que como sabéis odio por inadecuada). Y recordamos aquellos primeros momentos. Confusos, convulsos, llenos de emociones, lloros, estrés y una intensa sensación de que desde ese momento, nuestra vida había cambiado para siempre. Con el tiempo y el aprendizaje, la calma llega y los muros se derriban. Haces de todo, comes de todo, vives como todos… aunque con algunas diferencias. Prevemos, calculamos, planificamos cada paso. Somos calculadoras humanas porque la diabetes así lo exige. Y es una tarea agotadora. Ahora hacemos todo lo que queremos, pero no salimos de casa sin un sensor, un medidor capilar, una pluma de insulina, una bomba de infusión, unos azucarillos o pastillas de glucosa… Tenemos al día una serie de procedimientos, rutinas, obligaciones que no tiene alguien sin diabetes. Y por todo eso, como decía más arriba, el desgaste mental es alto. Y cualquier pequeño avance que suponga una mejora en la calidad de vida es muy bien recibido por nosotros.
Y cuando cada año llegamos a nuestro “cumpleaños diabético”, echamos la vista atrás casi sin quererlo. Yo, que este año cumplo 36 años con Ella, recuerdo ya muchas cosas que han pasado por mi vida. Ha habido multitud de pequeños avances que me han ido dando esa calidad de vida a la que me refería arriba. Disponer de una pluma de insulina en lugar de tener que moverme con viales y jeringuillas… tener un medidor capilar en lugar de medirme la glucosa en orina… poder conocer la glucemia en todo momento con un sensor… ha habido muchas mejoras que nos han permitido ganar un poquito más de calidad de vida. Un poquito, otro poquito más, y otro más… Pero si tengo que elegir un avance que verdaderamente implique una mejora de calidad de vida en estos 36 años con diabetes es el de los nuevos sistemas bomba-sensor con algoritmos.
Ya lo he contado en mi blog, pero la sensación de poder relajarme un poco con mi diabetes no la había experimentado nunca en mis 36 años con Ella hasta que probé estos sistemas. Aunque aún están empezando, tienen mucho camino por recorrer, sus algoritmos deben mejorar y perfeccionarse… Lo sé. Pero a día de hoy lo que permiten ya es algo increíble: y notas que te preocupas menos por tu diabetes. Si antes yo al día tenía que tomar muchas decisiones, con mi sistema ahora tengo que decidir mucho menos porque él decide por mi. No tener que estar preocupado y actuando constantemente para mantener la glucemia basal en rango… no tener que preocuparme por las noches porque el sistema lo hará por mi… no tener que preocuparme por controlar una posible bajada porque el sistema actuará con antelación… Son una serie de decisiones que ya no tengo que tomar y eso me supone una mejora enorme de calidad de vida; de relajación, de paz. Ya lo he dicho en el blog y en mis charlas de diabetes en más de una ocasión: en mis 36 años con diabetes nunca había sentido una mejora de calidad de vida como la que he sentido con estos sistemas. No había tenido nunca un nivel de relajación como el que tengo ahora. Lógicamente no es una desconexión total de Ella, pero sí una rebaja importante de atención. Aunque tengo que seguir tomando decisiones y estar vigilante, la situación es bastante diferente. Si te quitan una carga de trabajo, todo es mucho más fácil de gestionar. Y esa es para mi la gran ventaja de los nuevos sistemas bomba-sensor con algoritmos: ellos se encargan de parte del trabajo que antes era todo para ti.
Este mes de junio cumpliré 36 años con Ella. Y por primera vez en mi vida con diabetes, creo que incluso hasta lo celebraré. Porque me siento más libre, más relajado, más capaz de controlarlo todo al haber dejado parte del trabajo a este sistema. Hace años que monté el blog “Reflexiones de un Jedi Azucarado” porque ya tenía claro desde antes que hasta que la ciencia lo logre, la tecnología era la que nos iba a cambiar la vida con diabetes. Y ya lo está haciendo. Ya estamos viviendo ese cambio. Y el panorama sigue evolucionando. En los próximos cinco años vamos a conocer grandes mejoras en estos sistemas. Súbete al tren de la tecnología, porque va muy, muy rápido y te va a mejorar la vida con diabetes…