Bea García: De la diabetes del 1992 a la diabetes del 2021
La deportista Beatriz García Berché fue la primera mujer con diabetes en completar el circuito 4Deserts (4 carreras de 250 km por los desiertos más duros del mundo). También ha estado en la Antártida, entre otras aventuras. Hoy nos cuenta el papel que han tenido los avances médicos en su historia.
Todavía recuerdo la cara de aquellas personas que me veían sacar una jeringuilla de la mochila para pincharme... Después de 29 años con mi diabetes en la mochila de la vida, soy testimonio que las dos hemos crecido y sobre todo, hemos evolucionado para bien.
El día que me dijo mi endocrina que tocaba cambiar la jeringuilla por un “bolígrafo”, fue algo increíble, sumamente práctico, y a pesar del “miedo” que a veces nos pueden generar los cambios, que algo que ya controlas te lo cambien por algo que no sabes cómo funcionará, en perspectiva puedo decir que fue un
avance insólito.
Y “Mi diario”, aquella libreta que primero rellenaba mi madre y poco a poco fui escribiendo yo con mis controles, mis pautas de insulina, a bolígrafo, con alguna tachadura si te equivocabas y escribiendo en un pequeño espacio aquellas observaciones para que luego viese mi endocrino cómo era mi día a día, evolucionó con el tiempo a un excel que yo misma me hice para llevarle al médico. Y ahora ya ni eso, la app del glucómetro te genera un informe que puedo enviarle por correo electrónico a mi endocrina.
Es verdad, la investigación avanza lentamente si se observa a gran escala pero poco a poco va dando pequeños pasos. Y sobre todo, no es por falta de personal especializado y con ganas, sino por falta de inversión y recursos por parte de los gobiernos.
Sin duda, de los avances de la diabetes que más ha aportado a mi vida deportiva ha sido el sensor de monitorización continua de glucosa. Lo vi hace muchos años en Suiza y se me iluminaron los ojos, ese descubrimiento sabía que me aportaría y me ayudaría mucho. Aquí prácticamente ni se hablaba de su existencia. Cuando tuve la oportunidad de cumplir mi sueño de ir a competir a la Antártida y finalizar mi proyecto de los 4 Deserts, sabía que ese sensor sería la clave para poder estar allí y competir en condiciones óptimas. A día de hoy, he recorrido muchos lugares del mundo con la seguridad que ese minúsculo hilito dentro de mi piel me aporta y no lo cambiaría por nada.
A los padres de esos pequeños que ahora debutan, pensad que una persona con diabetes puede disfrutar de la vida con seguridad y sin barreras. Y a los mayores que se unen a este club, no sufráis, ¡la vida es igual de increíble con diabetes!