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¿Es correcto?
Diabetes de tipo 1 y ejercicio
La práctica regular de ejercicio tiene muchos beneficios para la salud de las personas con diabetes de tipo 11,2.
Sin embargo, la actividad física conlleva algunos posibles riesgos para la salud de las personas con diabetes2 que debes conocer. La buena noticia es que puedes adoptar algunas precauciones para reducirlos2.
En este artículo ofrecemos a las personas con diabetes de tipo 1 algunas recomendaciones y consejos para aprovechar al máximo el ejercicio.
La actividad física es tan importante para las personas con diabetes de tipo 1 como para la población general3.
La práctica regular de ejercicio tiene muchos beneficios para la salud de las personas con diabetes de tipo 11,2. Entre ellas destacan:
Se recomienda a niños y adultos con diabetes de tipo 1 realizar una actividad física regular3.
En una persona sin diabetes, los niveles de glucosa en sangre se mantienen relativamente estables durante el ejercicio durante varias horas sin necesidad de comer1.
Sin embargo, en personas con diabetes de tipo 1, el ejercicio puede elevar el riesgo de sufrir una hipoglucemia (niveles bajos de glucosa en sangre) e hiperglucemia (niveles altos de glucosa en sangre), si la ingesta de carbohidratos o las dosis de insulina no se ajustan en consecuencia1,2,4.
A grandes rasgos, existen dos grandes tipos de ejercicio: aeróbico y anaeróbico, y el hecho de que tus niveles de glucosa en sangre aumenten o desciendan depende del tipo de ejercicio que realices5.
Por tanto, aunque el ejercicio es beneficioso para las personas con diabetes de tipo 1, hay que tomar precauciones para evitar el riesgo de hipoglucemia o hiperglucemia2,3,4.
Sin embargo, cada persona con diabetes de tipo 1 es distinta y el ejercicio puede afectar de forma diferente a la fluctuación de la glucosa en sangre.
Antes de empezar, habla con tu equipo médico sobre las actividades más adecuadas para ti6. Tu profesional sanitario tendrá en cuenta todas las variables antes de recomendarte un tipo de ejercicio y decirte durante cuánto tiempo tienes que practicarlo3.
Ejercicio aeróbico
El ejercicio aeróbico consiste en la realización de movimientos repetitivos y continuos de grandes grupos musculares2. Este tipo de ejercicio suele durar más y ser menos intenso5.
Las actividades aeróbicas más habituales son1,2,4:
Durante el ejercicio aeróbico, los niveles de glucosa en sangre de las personas con diabetes de tipo 1 pueden descender drásticamente.
Ejercicio anaeróbico
Por lo general, el ejercicio anaeróbico es más breve e intenso5. Este tipo de ejercicio se compone de ejercicios cortos y repetitivos con pesas, máquinas de pesas, bandas de resistencia o usando el propio peso corporal para ganar fuerza4,5. Este tipo de ejercicio suele durar menos y ser más intenso5.
Las actividades anaeróbicas más habituales son2,5:
Durante estos ejercicios, los niveles de glucosa en sangre de las personas con diabetes de tipo 1 pueden aumentar.
En general, se recomienda a las personas con diabetes tratar de reducir el sedentarismo (el tiempo durante el que una persona está sentada o tumbada) y practicar con regularidad ejercicio aeróbico o anaeróbico3.
La mayoría de los adultos con diabetes de tipo 1 debería practicar ejercicio aeróbico de moderado a intenso durante un mínimo de 150 minutos a la semana, repartidos en tres días, con no más de dos días de descanso entre ellos3.
La American Diabetes Association (ADA) también recomienda a este grupo 2–3 sesiones de ejercicios de resistencia a la semana en días alternos3.
Las recomendaciones (y precauciones) variarán en función de factores particulares, por lo que es mejor que hables con tu equipo médico sobre la preparación de un plan de ejercicios que se adapte a tus necesidades individuales2.
Hipoglucemia y ejercicio: precauciones y consejos
El ejercicio puede ocasionar hipoglucemia si no se realiza una buena adaptación de las dosis de insulina y el consumo de carbohidratos3,4. Las personas con diabetes de tipo 1 señalan que el riesgo de hipoglucemia es la principal barrera para practicar ejercicio1.
Estas personas deben adaptar el ejercicio físico y las recomendaciones sobre ejercicio a sus necesidades individuales2.
Sobre la base de diversos estudios y directrices, los siguientes consejos y estrategias pueden ayudar a las personas con diabetes de tipo 1 a prevenir la hipoglucemia inducida por el ejercicio:
Tu equipo médico te explicará cómo prepararte para practicar ejercicio y minimizar el riesgo de sufrir una hipoglucemia6.
En algunos casos, la actividad física intensa puede provocar la elevación de los niveles de glucosa en sangre, especialmente si estos ya eran altos antes del ejercicio3,4. Ejemplo de ejercicio intenso y corto son los sprints, el entrenamiento de resistencia o el entrenamiento a intervalos de alta intensidad4.
Si tus niveles de glucosa en sangre son superiores a 13,9 mmol/l (250 mg/dl), haz primero una prueba de cetonas6.
Las cetonas son sustancias que se producen cuando el organismo descompone la grasa para obtener energía6. La presencia de cetonas en la orina indica que el organismo no tiene insulina suficiente para mantener bajo control los niveles de glucosa en sangre6. No debes realizar actividad física con los niveles de cetonas altos2. De hacerlo, te expones a sufrir una cetoacidosis, una complicación grave derivada de la diabetes que requiere tratamiento inmediato6.
Para evitar el riesgo de hiperglucemia, basta con un pequeño bolo de insulina de acción rápida después del ejercicio o un aumento temporal de la infusión de insulina basal de la bomba4.
Tu respuesta a las estrategias anteriores puede depender de tus características personales, como la edad o el sexo1. Además, muchos factores físicos, psicológicos e incluso emocionales pueden influir en la respuesta de una persona al ejercicio1.
Por ello, es importante que midas tus niveles de glucosa en sangre antes, durante y después de practicar ejercicio (o usar un sistema de monitorización continua de glucosa) para comprobar la forma en que los distintos tipos de ejercicio afectan a tus niveles de glucosa en sangre1.
Se recomienda a las personas con diabetes de tipo 1 que practiquen ejercicio para mejorar su salud1,2,3.
Sin embargo, existen algunos riesgos que debes conocer y cosas que puedes hacer para prevenirlos2,3,6. Cada persona con diabetes de tipo 1 es distinta2. Antes de empezar a practicar ejercicio, habla con tu profesional médico para encontrar el ejercicio ideal para ti6.
Monitorización de la glucosa en sangre: guía detallada
Si te acaban de diagnosticar diabetes, puede que quieras saber algo más sobre la monitorización de la glucosa en sangre: qué es, cómo funciona y qué tipos de sistema de monitorización de glucosa existen.
A continuación, te ofrecemos una guía en la que se explica todo sobre la monitorización de la glucosa en sangre.
Si tienes diabetes, es esencial que midas con frecuencia la glucosa en sangre para controlar los niveles de azúcar, proteger tu bienestar y reducir las complicaciones derivadas de la diabetes1.
Los niveles de glucosa en sangre muy altos o muy bajos pueden ocasionar complicaciones a corto y largo plazo que pueden afectar a tu salud actual y futura, y ser potencialmente mortales2.
La monitorización de la glucosa en sangre es el proceso por el que compruebas la cantidad de glucosa que hay en tu sangre para asegurarte de que los niveles sean correctos3.
Si mides regularmente tus niveles de glucosa aprenderás la forma en que les afecta la comida, el ejercicio, la enfermedad o el estrés; así, junto con tu médico, podrás ajustar tu tratamiento, planificar tu dieta y controlar activamente la diabetes con total confianza2,3.
Tradicionalmente, las pruebas de glucosa en sangre eran de dos tipos: autocontrol de los niveles de glucosa en sangre, que puedes hacer en tu casa, tú mismo, y análisis de sangre para medir las concentraciones de glucohemoglobina (HbA1c), que se hacen en un entorno médico1,2.
A continuación, te contamos cómo funcionan ambas y qué hacen.
El autocontrol de los niveles de glucosa en sangre implica pruebas regulares de punción digital (varias veces al día) y el uso de un kit para medir la glucosa en sangre en ese mismo momento3.
Este tipo de prueba la puedes hacer en casa o en cualquier otro lugar sin la ayuda de un profesional; tu equipo médico te enseñará a realizar la prueba y a actuar en función de los resultados3.
Seguir una pauta de autocontrol estructurada te ayudará a controlar mejor la diabetes y a mantener los niveles de glucosa lo más cerca posible de lo normal si tienes diabetes de tipo 1 ó 23. Sin embargo, la comprobación periódica solo ofrece una instantánea de tu glucosa en sangre; no podrás detectar problemas entre pruebas ni predecir episodios de hipoglucemia inminentes1.
El análisis de HbA1c (o análisis de glucohemoglobina) es un análisis de sangre que indica los niveles medios de glucosa en sangre a lo largo de los dos o tres meses anteriores3.
Tu médico o tu equipo de cuidado de la diabetes te hará un análisis cada 3-6 meses para ver qué tal estás controlando la diabetes3. El objetivo de la mayoría de las personas que tienen diabetes de tipo 1 es 48 mmol/mol (6,5 %) o menos, pero tu médico personalizará tu objetivo en función de tu diabetes y de tus necesidades3.
El análisis de HbA1c resulta muy útil y es el recomendado para evaluar el control de la diabetes y predecir si tienes riesgo de desarrollar complicaciones4.
Sin embargo, tiene ciertas limitaciones; solo ofrece una media de los niveles de glucosa y no detecta cambios rápidos, como episodios de hipoglucemia o hiperglucemia después de comer1,4. Además, el análisis puede ser poco fiable si tienes otras afecciones tales como anemia o hemoglobinopatías (trastornos sanguíneos genéticos), o si estás embarazada, y también pueden depender de la genética o la etnia1,4.
Somos conscientes de que puede resultar un poco incómodo y desagradable tener que medir los niveles de glucosa de por vida5. Sin embargo, las nuevas tecnologías ofrecen formas más eficaces y cómodas de monitorizar y regular los niveles de glucosa en sangre las veinticuatro horas del día1,3,5.
La monitorización de la glucosa en sangre, en particular, la monitorización continua de glucosa (MCG), ofrece una evaluación completa y cómoda de los niveles de glucosa en sangre y permite mejorar el control4.
Existen distintos sistemas de monitorización de la glucosa para las personas con diabetes4,5. A continuación, te explicamos con detalle tres opciones para monitorizar la glucosa en sangre.
La monitorización continua de glucosa o MCG es un método innovador de control de la glucosa en sangre durante todo el día3. Un dispositivo implantado (que emplea un diminuto sensor insertado bajo la piel) mide automáticamente los niveles de glucosa de forma continua, día y noche, incluso mientras duermes2,3,4.
A través de un transmisor, el sensor envía los resultados a un dispositivo de recepción para que veas los niveles de glucosa en tiempo real, identifiques los patrones de glucosa y detectes niveles altos o bajos2,3,4. Muchos sistemas MCG pueden emitir alarmas o alertas si detectan problemas, como hipoglucemia2.
El sistema mide la glucosa del líquido intersticial (el líquido que rodea las células del organismo), en lugar de medir los niveles de glucosa en sangre2,4. Existe un ligero retardo entre los cambios de glucosa en este líquido intersticial y el flujo sanguíneo, por lo que la lectura de la glucosa mediante MCG pueden diferir del resultado de una prueba de punción digital2,4. Esto significa, que puede que las mediciones mediante MCG no siempre sean un indicador fiable en niveles de glucosa en sangre que fluctúan con rapidez. Tendrás que hacerte una prueba de punción digital para calibrar el sistema y tomar decisiones importantes sobre el control de tu diabetes1,4.
Otra desventaja de la MCG es que los sensores y las máquinas pueden ser relativamente caros, por lo que quizá sea una opción menos viable para quienes no tengan cobertura sanitaria2.
Sin embargo, los estudios demuestran que la MCG constituye una mejora en el ámbito del autocontrol4. El uso de un sistema de monitorización continua de glucosa puede mejorar el control de la diabetes, al reducir el riesgo de hipoglucemia o hiperglucemia, reducir las concentraciones de HbA1c y proteger frente a las complicaciones a largo plazo4.
La monitorización flash de glucosa también se denomina monitorización intermitente de glucosa6,7.
Al igual que los sistemas MCG, los sistemas de monitorización flash de glucosa miden los niveles de glucosa sin necesidad de pinchar el dedo, utilizando un pequeño sensor implantado debajo de la piel para analizar los niveles de glucosa del líquido que rodea las células7. El sensor se lleva durante un máximo de 14 días7.
Sin embargo, a diferencia de los sistemas MCG, el sistema flash no mide y muestra los niveles de glucosa de forma continua7. Las lecturas se obtienen a demanda, en concreto, mediante consultas intermitentes del sensor6,7.
Los sistemas de monitorización flash de glucosa suelen ser bastante precisos, y los estudios demuestran que pueden mejorar el control de la diabetes y la calidad de vida, al tiempo que reducen el riesgo de complicaciones derivadas de la diabetes7. También son más económicos y son una buena alternativa para algunas personas con diabetes7.
Sin embargo, los sistemas flash tienen ciertas desventajas; no son tan precisos como los sistemas MCG más nuevos y no pueden conectarse a una bomba de insulina7. Además, a diferencia de los sistemas MCG, no advierten de posibles episodios de hipoglucemia o hiperglucemia7. No obstante, la tecnología de monitorización evoluciona con rapidez, y los modelos más nuevos de sistemas flash ya incorporan alarmas7,8.
Usado correctamente, un sistema de circuito cerrado es el sistema de administración de insulina más avanzado que existe para las personas con diabetes8.
Los sistemas de circuito cerrado, también conocidos como páncreas artificial, utilizan un algoritmo informático para medir la glucosa con un glucómetro continuo, calcular la dosis de insulina necesaria y administrarla a través de una bomba de insulina8,9.
El sistema de circuito cerrado ajusta de forma automática la tasa basal de insulina cada vez que los niveles de glucosa son demasiado altos o bajos9. Funciona continuamente, incluso mientras duermes, repitiendo el circuito cerrado a intervalos regulares de 5-12 minutos (dependiendo del sistema utilizado)9.
Los estudios científicos han demostrado que los sistemas híbridos de circuito cerrado se toleran bien, y mejoran el control de la glucosa, reducen el riesgo de episodios de hipoglucemia, mejoran la calidad de vida y reducen la carga que supone el control de la diabetes de tipo 18,9.
Sin embargo, los sistemas híbridos de circuito cerrado implican cierto trabajo y tienen algunas desventajas. Tienes que seguir contando los carbohidratos de los alimentos y programar dosis de insulina extra a la hora de las comidas9. Aunque utilices un sistema híbrido de circuito cerrado, seguirás teniendo que controlar el ejercicio, el alcohol y las comidas ricas en carbohidratos y grasas para adaptar las estrategias de control a tus necesidades individuales9. También necesitarás formación y ayuda por parte de tu equipo médico9.
Muchas personas con diabetes pueden beneficiarse de la monitorización de la glucosa en sangre con uno de estos métodos. La reducción de pinchazos dolorosos, la mejora del control de la diabetes y la reducción de la frecuencia de episodios de hipoglucemia peligrosos pueden mejorar la salud y el bienestar de los usuarios4,6,7,8,9.
En España, la monitorización flash de glucosa está financiada por el sistema público de salud para los pacientes con diabetes tipo 1 que realicen terapia intensiva con insulina (múltiples dosis diarias o con bomba de insulina), y requieran realizar al menos seis punciones digitales al día para la auto-monitorización de la glucosa en sangre.
La monitorización continua de glucosa (MCG) está financiada por el sistema público de salud a los pacientes con diabetes tipo 1 para pacientes de 18 años o más y riesgo de hipoglucemias graves, (al menos un episodio de hipoglucemia grave durante el año previo o por hipoglucemias inadvertidas), que realicen terapia intensiva con insulina (múltiples dosis diarias o con bomba de insulina), y requieran realizar al menos seis punciones digitales al día para la auto-monitorización de la glucosa en sangre.
Mujeres embarazadas con diabetes de tipo 1
Personas con episodios de hipoglucemia frecuentes, graves, impredecibles o asintomáticos
Personas con niveles de glucosa elevados a pesar de medir la glucosa diez veces al día
Neonatos, bebés y niños en edad preescolar con diabetes de tipo 1
Jóvenes que practican mucho deporte
Niños que no pueden reconocer o comunicar episodios de hipoglucemia debido a una discapacidad intelectual o de otro tipo10
Sin embargo, se están revisando las directrices para el uso de MCG con vistas a ampliar el acceso a la tecnología de monitorización de la glucosa. El nuevo proyecto de directrices del NICE establece que los profesionales sanitarios deben:
«Ofrecer a los adultos con diabetes de tipo 1 una opción de monitorización continua de glucosa en tiempo real o monitorización intermitente de glucosa (denominada comúnmente “flash”) en función de sus preferencias, necesidades y características particulares, y de la funcionalidad de los sistemas disponibles».6
Las nuevas recomendaciones se publicarán en 20226.
Síntomas y causas de la hiperglucemia
Si te acaban de diagnosticar diabetes, tienes mucha terminología nueva que aprender.
Este artículo trata sobre la hiperglucemia, que es un término médico utilizado para definir niveles elevados de glucosa en sangre1. Tras leerlo, tendrás una idea más clara de qué es la hiperglucemia, cómo se produce y algunas complicaciones que pueden derivarse de ella.
Hiperglucemia es un término utilizado para definir niveles elevados de glucosa (azúcar) en la sangre1. La hiperglucemia tiene diversas causas2, entre ellas la diabetes1.
El nivel de glucosa en la sangre lo regula la hormona insulina, segregada por el páncreas1. La diabetes se presenta cuando los niveles de glucosa en sangre aumentan porque el organismo no puede producir insulina, no puede producirla en cantidad suficiente, o no puede usarla de forma eficaz1.
Si se deja mucho tiempo sin tratar, la hiperglucemia puede ocasionar una serie de complicaciones1. Sin embargo, la buena noticia es que, si controlas bien la diabetes, evitando la hiperglucemia de larga duración, estas complicaciones se pueden prevenir o retrasar1.
En función de las directrices que consultes, existen varias formas de definir la hiperglucemia.
La hiperglucemia tiene diversas causas2.
En la diabetes de tipo 1, el sistema inmunitario ataca a las células del páncreas productoras de insulina1,2. Como resultado de ello, se produce una cantidad muy baja o nula de insulina, provocándose un déficit relativo o absoluto de insulina1. La falta de insulina hace que la glucosa no se pueda transportar de la sangre a las células (para convertirse en energía), y los niveles de glucosa de la sangre aumentan1.
En la diabetes de tipo 2, la hiperglucemia es el resultado de que tu organismo no produzca insulina suficiente o no responda bien a la insulina (lo que se conoce como resistencia a la insulina)1.
También hay diversas enfermedades y medicamentos que causan hiperglucemia, como2:
Los niveles elevados de glucosa en sangre en la diabetes pueden tener diversas causas.
Puede que no hayas tomado insulina suficiente3. Esto puede ocurrir si te olvidas de tomar tu dosis en bolo (dosis única de insulina) después de una comida, si calculaste mal la dosis, o si tomaste una dosis insuficiente3.
Otra causa de hiperglucemia pueden ser los cambios en tu ingesta de alimentos3. Esto ocurre si la comida tiene más grasa o carbohidratos de lo que crees, o si comes más de lo que habías calculado para tu dosis de insulina3.
Los acontecimientos de tu vida también pueden afectar al control de la diabetes, y algunas situaciones elevan las probabilidades de experimentar hiperglucemia3. Entre ellas podemos incluir el estrés, comer fuera de casa, estar muy ocupado o el cansancio3.
La hiperglucemia también puede presentarse durante la práctica de ejercicio anaeróbico intenso si tienes diabetes4. Algunos factores que podrían incrementar la probabilidad de sufrir una subida de azúcar durante el ejercicio son reducir la dosis de insulina para evitar un episodio de hipoglucemia, ingerir demasiados carbohidratos durante el ejercicio y practicar ejercicio «anaeróbico» intenso4.
La hiperglucemia es habitual en personas con diabetes3. En un estudio, el 61,9 % de las personas con diabetes de tipo 1 y de tipo 2 notificaron haber tenido como mínimo un episodio de hiperglucemia posprandial (hiperglucemia después de una comida) en la última semana3.
Existen varios factores que pueden elevar el riesgo de experimentar hiperglucemia, como2:
Signos y síntomas de hiperglucemia
Cuando los niveles de azúcar en sangre sean ligeramente más elevados de lo normal, no tendrás ningún síntoma.
Los síntomas de hiperglucemia (y diabetes) son, entre otros:
Si tienes diabetes, probablemente querrás detectar lo antes posible los primeros signos de hiperglucemia.
En un estudio se preguntó a personas con diabetes cómo sabían que estaban experimentando un episodio de hiperglucemia3. Por lo general, detectaban la hiperglucemia midiendo los niveles de glucosa en sangre3.
La segunda forma más habitual de saber que estaban experimentando un episodio de hiperglucemia se describía como que «no se encontraban bien»3.
Los participantes también notificaron como indicador clave la frecuencia de micción3.
Los síntomas más frecuentes de hiperglucemia grave son2:
Un síntoma menos inmediato es la pérdida de peso espontánea2.
De no ponerse remedio, los síntomas pueden empeorar y requerir tratamiento. Estos síntomas incluyen2:
En casos muy graves, la persona que experimenta hiperglucemia grave puede progresar a un estado comatoso2.
Si la hiperglucemia no se trata, puede dar lugar a diversas complicaciones, tanto a corto como a largo plazo2,5,6.
El estado hiperosmolar hiperglucémico (EHH) está clasificado como una emergencia diabética5. Es más frecuente en adultos y en personas de edad avanzada, y suele desarrollarse gradualmente durante días o semanas5.
Las características del EHH son5:
Otra característica del EHH es la deshidratación extrema5. El EHH se trata en el hospital con vigilancia estrecha, líquidos intravenosos (i.v.) para corregir la deshidratación e insulina para reducir los niveles de glucosa en sangre5.
La cetoacidosis diabética es una complicación grave causada normalmente por bajos niveles de insulina en la sangre, reducción del uso de glucosa y aumento de la producción de glucosa6.
Las características principales de la cetoacidosis diabética son6:
La cetoacidosis diabética puede desarrollarse muy rápidamente, a veces en menos de 24 horas6.
Los síntomas de la cetoacidosis diabética son, entre otros:
Algunas personas pueden estar menos activas6. Este estado puede oscilar entre la confusión y el coma en casos extremadamente graves6.
La cetoacidosis diabética se considera una emergencia médica5. Si crees que puedes tenerla, debes acudir al hospital para que te evalúen y te traten.
Si tienes cetoacidosis diabética muy temprana o leve, en el hospital podrían tratarte con líquidos por vía oral y mandarte a casa6. Lo más normal es ser hospitalizado y tratado con líquidos por vía intravenosa, un gotero de insulina y reposición de algunas sustancias químicas6.
En casos de cetoacidosis diabética grave, podría requerirse el ingreso en la unidad de cuidados intensivos para recibir tratamiento y vigilancia6.
Si no se trata, la hiperglucemia persistente puede ocasionar daños a muchas partes del organismo, causando problemas relacionados con los ojos, los riñones, los nervios, el corazón y los vasos sanguíneos2.
Los daños ocasionados por la hiperglucemia dan lugar a enfermedades que afectan a1:
Aunque esta lista puede parecer intimidante, tu equipo médico podrá ayudarte. Te evaluarán con regularidad para detectar complicaciones asociadas a la hiperglucemia1. Si se presentan signos de desarrollo de una posible complicación, te ayudarán a realizar los cambios necesarios para prevenir o tratar el problema1.
Controlar bien la hiperglucemia puede reducir el riesgo de desarrollar estas complicaciones y ayudar a prevenirlas1,2.
La hiperglucemia, o niveles elevados de glucosa en sangre, puede deberse a diversas enfermedades, entre ellas la diabetes1,2. Puede ocasionar complicaciones graves a corto plazo, como cetoacidosis diabética y estado hiperosmolar hiperglucémico5,6.
Si no se trata, con el tiempo puede ocasionar complicaciones que afectan a los ojos, el corazón, los riñones, los nervios y los vasos sanguíneos2.
Tu equipo médico te ayudará a controlar los niveles de glucosa en sangre y las posibles complicaciones de la diabetes1. Si tienes alguna duda sobre tus niveles de glucosa en sangre o estás preocupado por el riesgo de sufrir complicaciones, te ayudarán despejarlas.
Si quieres aprender a controlar la hiperglucemia, incluso en una emergencia, consulta nuestro artículo sobre el tratamiento de la hiperglucemia.
Experiencia con deporte y sistemas de asa cerrada
¿Sabes cómo puede ayudar un sistema de asa cerrada a la práctica del deporte? Hoy nos lo cuenta Andrés Villegas, Azucarilloman.
¡Hola Azucarillos!
Ya estoy de nuevo por aquí, con la misma ilusión con la que he venido siempre a escribir. ¿Qué tal? ¿Cómo estáis?
Esta vez quiero hablaros de mi experiencia personal mezclando el deporte junto con el tratamiento de asa cerrada que llevo. Pero antes de empezar me gustaría dejar claro que en todo momento hablaré desde mi experiencia personal y aconsejo que cualquier aspecto lo consultéis con vuestro equipo médico.
En mi caso, nunca había sido muy fan de hacer deporte, de hecho es algo que nunca me había terminado de llenar y por tanto, un aspecto del que me despreocupaba dentro del control de mi diabetes.
Pero hace un tiempo decidí empezar poco a poco a llevar un estilo de vida más saludable, en el que empecé saliendo a caminar todos los días e intentando hacer malabares para mantenerme en rango y gestionar de forma correcta con mi diabetes, y no os voy a mentir, al ser un ejercicio de baja intensidad el control no era muy difícil, empezaba y terminaba en objetivo sin tener que esforzarme mucho, ya lo hacía todo mi bomba de insulina y mi sensor, a mi solo me dejaban las decisiones difíciles jeje…
Después fui un paso más allá y empecé a hacer ejercicio en el gimnasio y ahí sí, ahí sí que me tenía que esforzar por conseguir un control óptimo, ya que era un ejercicio al que, ni mi diabetes y yo nos habíamos enfrentado nunca. Atrás quedaban las clases de educación física en el que en mitad de la clase tenías que sacarte el glucómetro para medirte los niveles de glucosa y si algún día estabas en hipoglucemia o llegando a ella te quedabas sin poder hacer la clase, porque claro, las alarmas de límite bajo ni estaban ni se les esperaba.
Ahora empezaba con la absoluta tranquilidad de tener un sistema que me avisaría en todo momento si tenía que parar de realizar el ejercicio o tomarme un descanso, que aunque a priori pueda parecer una tontería jamás se podrá explicar la tranquilidad que esto ofrece en esto y en otros muchos aspectos.
Los comienzos fueron algo complicados ¿Con cuánto tiempo de antelación tendría que activarme el modo deporte de mi bomba? ¿Será necesario algún hidrato de carbono en mitad del ejercicio? ¿Cuánto tiempo después tendría que esperar para desactivarme el modo ejercicio? ¿Y si la bomba me suspende la infusión basal y termino el ejercicio en hiperglucemia…?
Todas estas preguntas y muchas más me asaltaban todos los días, así que enseguida me puse a leer al gran Serafín Murillo y todas las dudas, algunas a base de errores, fueron desapareciendo.
Ya sabemos que en diabetes no hay dos días iguales y que lo que haces hoy no te servirá para mañana, pero no hay nada como conocerse a uno mismo, conocer a tu diabetes y contar con un sistema de asa cerrada como en mi caso para que todo termine saliendo sobre ruedas.
Como diría mi amiga Georgina de @no_limits_dt1, con diabetes también se puede, y no puedo estar más de acuerdo, pero también estoy de acuerdo que este tipo de sistemas cada vez nos sacan de más aprietos y nos hacen gestionar la diabetes de una manera mucho más “sencilla”
Os tengo que dejar, me está sonando mi bomba de insulina y me está recordando que no me he pinchado la insulina después de comer, ¡en qué estaré pensando! ¡Abrazos!
Show me:Cómo tratar tú mismo un episodio de hipoglucemia
La hipoglucemia, o bajada de azúcar, se produce cuando los niveles de azúcar en sangre descienden hasta el punto de causar daños1,2.
La hipoglucemia es habitual en personas con diabetes de tipo 1 y personas con diabetes de tipo 2 que utilizan insulina u otros medicamentos para la diabetes2. En un gran estudio internacional de personas con diabetes que toman insulina, 4 de cada 5 personas con diabetes de tipo 1 y casi la mitad de las personas con diabetes de tipo 2 notificaron un episodio de hipoglucemia como mínimo una vez al mes2.
La hipoglucemia provoca problemas que, en ocasiones, pueden ser graves1, pero la buena noticia es que puedes hacer cosas para reconocer, prevenir y tratar los episodios de hipoglucemia1,2,3.
Distintas personas pueden tener distintos síntomas ante una bajada de azúcar3. Aprender a reconocer los síntomas puede ayudarte a detectar rápidamente un episodio de hipoglucemia3.
Te recomendamos anotar los síntomas habituales para poder reconocerlos más fácilmente3.
Los síntomas más habituales de la hipoglucemia de leve a moderada son, entre otros2,3,4:
Temblores
Hambre
Cansancio
Irritabilidad
Taquicardia o latido irregular
Confusión
Sensación de mareo
Visión borrosa
Dolor de cabeza
Para ver una lista de posibles síntomas, consulta nuestra guía de síntomas y causas de la hipoglucemia.
Si experimentas los síntomas descritos anteriormente, debes medir tus niveles de glucosa en sangre3. Es la única forma de saber si estás sufriendo hipoglucemia3.
La hipoglucemia se produce cuando el nivel de glucosa en sangre es inferior a 70 mg/dl1. Sin embargo, este umbral puede ser distinto en tu caso3. Habla con tu equipo médico para determinar qué nivel es bajo para ti3.
Si no puedes medir tu nivel de glucosa en sangre por cualquier razón, debes tratar de todos modos el episodio como si fuera de hipoglucemia y medir cuando sea posible1,3.
Para tratar tú mismo un episodio de hipoglucemia, puedes seguir la norma «15-15»3:
Toma 15 gramos de carbohidratos para elevar tus niveles de glucosa en sangre, espera 15 minutos, y vuelve a medir3.
Si el nivel de glucosa en sangre sigue siendo bajo, repite el paso 13,4.
Vuelve a medir tus niveles de glucosa en sangre2.
Repite los pasos anteriores hasta alcanzar un nivel mínimo de 70 mg/dl o tu rango objetivo2,3.
Si, por cualquier razón, no puedes medir los niveles en ese momento o si te preocupa estar experimentando un episodio de hipoglucemia, te recomendamos que te administres el tratamiento y midas los niveles cuando sea posible1.
Los carbohidratos se pueden comer o beber2. Ejemplos de 15-20 g de carbohidratos son:
Cuatro comprimidos de glucosa2
Un tubo de gel de glucosa2
Medio vaso de zumo de frutas2. Este zumo no debe ser bajo en calorías o azúcar2,3.
Media lata de una bebida carbonatada azucarada que no sea bajo en calorías o azúcar2
Una cucharada de azúcar o miel2
Caramelos duros o gominolas (consulta la etiqueta para saber cuántos debes comer para obtener 15 gramos de carbohidratos)3
Si tienes nefropatía, debes evitar el zumo de naranja, ya que contiene mucho potasio2. Te recomendamos como alternativa el zumo de manzana, uva o arándano.
Debes evitar los carbohidratos complejos, o alimentos que contienen grasas y carbohidratos, como el chocolate, ya que pueden ralentizar la absorción de la glucosa3.
Si tienes diabetes de tipo 2, debes evitar las fuentes de carbohidratos altas en proteínas para prevenir episodios de hipoglucemia4. Estas pueden incrementar la respuesta del organismo a la insulina y podrían no elevar tus niveles de glucosa en sangre4.
Quizá te sientas tentado a comer todo lo posible hasta sentirte mejor3. Sin embargo, esto puede provocar una gran elevación de los niveles de glucosa en sangre3. En su lugar, sigue los pasos de la regla 15-15 anterior para mantener en rango tus niveles de glucosa en sangre3.
Cuando tus niveles de glucosa en sangre vuelvan a su rango objetivo, toma una comida o aperitivo para evitar que vuelvan a descender3,4. Si para tu siguiente comida falta más de una hora, toma un aperitivo2, que pueden ser galletitas saladas o una pieza de fruta2.
Una vez pasado el episodio de hipoglucemia, puedes reanudar tus actividades normales1.
Si sufriste un episodio de hipoglucemia grave y necesitaste glucagón (que se explica en la siguiente sección), debes comunicárselo a tu médico1,3. Puede que te recomiende modificar tu objetivo de glucosa en sangre para evitar episodios futuros, o podéis sopesar la opción de utilizar un sistema de monitorización continua de glucosa (MCG) para evitar que se repitan1.
Cabe observar que después de un episodio de hipoglucemia, puedes ser menos sensible a los síntomas tempranos de otro episodio durante 48-72 horas1. Esto podría hacer más improbable que notes los signos de un episodio de hipoglucemia, por tanto, serías más propenso a sufrir otro episodio1. Durante este período, debes medir tus niveles de glucosa en sangre con mayor frecuencia1.
Si un episodio de hipoglucemia no se trata y los niveles de glucosa en sangre siguen descendiendo, el cerebro se queda sin la glucosa que necesita y puede dejar de funcionar correctamente3. Si el cerebro se ve privado de glucosa durante demasiado tiempo, puedes sufrir2,3:
Convulsiones3
Pérdida del conocimiento (desvanecimiento)2
Coma3
Muerte (muy raro)3
Si sufres un episodio de hipoglucemia no tratado y terminas necesitando ayuda para recuperarte, como en el caso de las convulsiones o el desvanecimiento, se considera que has tenido una hipoglucemia grave3.
Debes enseñar a las personas que te rodean (amigos, familiares y compañeros) lo que tienen que hacer para ayudarte si sufres un episodio de hipoglucemia grave3.
Los episodios de hipoglucemia graves se tratan con glucagón, una hormona que estimula el hígado para transformar en glucosa las reservas de glucógeno almacenadas3,5. De esta forma, la glucosa se libera al flujo sanguíneo, ocasionando la elevación de los niveles de glucosa en sangre3,5.
El glucagón se utiliza cuando los niveles de glucosa en sangre son demasiado bajos como para utilizar la regla 15-153. Esto puede significar que has perdido el conocimiento5.
El glucagón está disponible con receta médica y suele inyectarse o administrarse3.
Habla con tu médico sobre si debes tomar glucagón y, en ese caso, cuándo y cuánto debes tomarlo3.
El glucagón inyectable está disponible con receta médica3,5. Puede venderse en forma de kit de inyección o como pluma autoinyectable premezclada lista para usar3,5.
El kit de inyección de glucagón se compone de glucagón en polvo y un disolvente para mezclar5.
La pluma autoinyectable contiene un folleto de información para el paciente con instrucciones para su uso5.
No es necesario que la persona que te ayude sea un profesional médico para administrar la inyección4. Debes enseñar a tus familiares, compañeros de trabajo o amigos cercanos a usar el glucagón por si alguna vez tuvieran que ayudarte si sufres un episodio grave3,5.
Si estás inconsciente, la persona que te ayuda debe colocarte en posición de recuperación (tumbado de lado)1. De esta forma, se previene el atragantamiento en caso de que sufras náuseas o vómitos al recuperar el conocimiento1,3.
El glucagón puede administrarse bajo la piel o en el muslo5. Sigue las instrucciones del kit para administrar la inyección en una de las siguientes zonas3:
Glúteo
Brazo
Muslo
Las personas suelen responder al glucagón y recuperar el conocimiento en unos 5-15 minutos3.
Una vez estés consciente y seas capaz de tragar, debes recibir una fuente de azúcar de acción rápida, como zumo de frutas, para que no se repita la bajada de azúcar5. Seguidamente, toma una fuente de azúcar de acción prolongada, como queso o galletitas saladas5.
Después de usar glucagón, tú u otra persona debéis comunicárselo a tu médico o proveedor sanitario3. Tendréis que hablar de cómo evitar episodios de hipoglucemia graves en el futuro3.
No dudes en llamar al número de urgencias médicas de tu país o pedir a alguien que lo haga si estás preocupado1.
La persona que te cuida durante un episodio de hipoglucemia grave debe llamar al número de urgencias en las siguientes situaciones1:
Has perdido el conocimiento y no tienes glucagón1
Tienes glucagón, pero la persona que está contigo no sabe usarlo3
Recibiste el tratamiento, pero tus niveles de glucosa en sangre siguen siendo muy bajos 20 minutos después o no respondes al tratamiento como siempre1
Necesitas una segunda dosis de glucagón1
Recibiste el tratamiento, pero sigues confuso1
Si la persona no responde a la inyección en el plazo de 10-15 minutos, debe recibir otra dosis1.
Un profesional médico puede administrarte el glucagón directamente en vena1. De esta forma, tus niveles de glucosa en sangre se elevarán al instante1.
Lo mejor para prevenir los episodios de hipoglucemia es controlar bien la diabetes y aprender a reconocer los primeros signos de un episodio antes de que este empeore3.
Comprobación de los niveles de glucosa en sangre
La monitorización de glucosa continua permite prevenir los episodios de hipoglucemia, ya que, cuanto mejor controles tus niveles de glucosa en sangre, más bajo será el riesgo de que experimentes hipoglucemia3. Esto se debe a que las mediciones te permiten ver si los niveles están bajando para poder tratar un episodio antes de que empeore3.
Si es posible, se recomienda medir la glucosa3:
Antes y después de las comidas
Antes y después de practicar ejercicio
Antes de irte a la cama
Durante la noche (después de practicar ejercicio intenso)
Si modificas tu rutina o tu horario, por ejemplo, debido a un nuevo trabajo, a que haces más ejercicio o a que viajas a otras zonas horarias, debes medir tus niveles de glucosa en sangre con mayor frecuencia que de costumbre3.
Es esencial saber en qué situaciones se eleva el riesgo de sufrir episodios de hipoglucemia para evitarlas4. Pueden ser4:
Cuando ayunas
Cuando retrasas las comidas
Durante el consumo de alcohol o después de este
Durante el ejercicio y después de este
Durante el sueño
Puedes hacer cosas para evitar episodios de hipoglucemia en estas situaciones, como2:
Incluir en tu dieta comidas, aperitivos y bebidas con una cantidad suficiente de carbohidratos para mantener los niveles de glucosa en sangre dentro del rango2
Llevar siempre contigo carbohidratos de acción rápida, como comprimidos de glucosa o zumo2
Si bebes alcohol, es mejor tomarlo con alimentos2
Mide tus niveles de glucosa en sangre antes, durante y después del ejercicio, y ajusta tu ingesta de carbohidratos o el tratamiento de insulina en consecuencia2. Por ejemplo, puede que tengas que tomar un aperitivo antes del ejercicio2.
Habla con tu equipo médico para ajustar tu plan de control de la diabetes y adoptar otras medidas para prevenir episodios de hipoglucemia2.
La hipoglucemia es habitual entre personas con diabetes de tipo 1 y personas con diabetes de tipo 2 que utilizan insulina u otros medicamentos para la diabetes2.
Para ayudar a controlar la diabetes y prevenir los episodios de hipoglucemia, mide tus niveles de glucosa en sangre con la mayor frecuencia posible y aprende a reconocer los síntomas1,3. También puedes aprender a tratar los episodios de hipoglucemia tú mismo3.
Los episodios de hipoglucemia pueden ser graves3, pero estos también se pueden prevenir y tratar3. Aprender estrategias y consejos para prevenirlos puede ayudarte a evitarlos y a controlar la diabetes3.
No dudes en llamar al número de urgencias médicas de tu país o pedir a alguien que lo haga si estás preocupado por un episodio de hipoglucemia grave1.