¿Cómo estáis? Quiero hablaros de mi experiencia personal mezclando el deporte junto con el tratamiento de asa cerrada que llevo. Dejar claro que en todo momento hablaré desde mi experiencia personal y aconsejo que cualquier aspecto lo consultéis con vuestro equipo médico.

Hace un tiempo decidí empezar poco a poco a llevar un estilo de vida más saludable, en el que empecé saliendo a caminar todos los días e intentando hacer malabares para mantenerme en rango y gestionar de forma correcta mi diabetes, y no os voy a mentir, al ser un ejercicio de baja intensidad el control no era muy difícil, empezaba y terminaba en objetivo sin tener que esforzarme mucho, ya lo hacía todo mi bomba de insulina y mi sensor, y solo me dejaban las decisiones difíciles.

Después fui un paso más allá y empecé a hacer ejercicio en el gimnasio, y ahí sí que me tenía que esforzar por conseguir un control óptimo, ya que era un ejercicio al que ni mi diabetes ni yo nos habíamos enfrentado nunca. Empezaba con la absoluta tranquilidad de tener un sistema que me avisaría en todo momento si tenía que parar de realizar el ejercicio o tomarme un descanso, que aunque a priori pueda parecer una tontería, jamás se podrá explicar la tranquilidad que esto ofrece.

Los comienzos fueron algo complicados ¿Con cuánto tiempo de antelación tendría que activar el modo deporte de mi bomba? ¿Será necesario algún hidrato de carbono en mitad del ejercicio? ¿Cuánto tiempo después tendría que esperar para desactivar el modo ejercicio? ¿Y si la bomba me suspende la infusión basal y termino el ejercicio en hiperglucemia…?

En diabetes no hay dos días iguales y lo que haces hoy no te servirá para mañana, pero no hay nada como conocerse a uno mismo, conocer a tu diabetes y contar con un sistema de asa cerrada para que todo termine saliendo sobre ruedas. Este tipo de sistemas cada vez nos sacan de más aprietos y nos hacen gestionar la diabetes de una manera mucho más “sencilla”.