Ritmos circadianos en diabetes, por Daniel Hans
El mismo alimento afecta a tus niveles de glucosa de forma diferente cada vez. Puede que sea porque no lo consumes en el mismo momento del día. Hoy Daniel Hans nos habla sobre ello.
“Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día”.
Richard Whately.
Sabemos que nuestra alimentación es pilar básico en nuestra diabetes y para ello, saber qué comer y cuánto nos ayuda a controlar nuestras glucemias.
¿Sabías que ese mismo alimento en la misma cantidad produce un efecto distinto en nuestras glucemias dependiendo de la hora del día en que lo consumas (independientemente de la influencia del resto de factores)?
Desde hace tiempo sabemos que ya no sólo el qué y cuánto comer es importante sino también el cuándo hacerlo a lo largo del día va a influir.
Los ritmos circadianos son ciclos de 24 horas regulados por osciladores moleculares endógenos llamados reloj circadiano. Los efectos de la dieta sobre el ritmo circadiano implican claramente una relación entre factores como los horarios de las comidas y los nutrientes, lo que se conoce como crononutrición.
Pero, ¿Cómo afecta esta regulación circadiana en el metabolismo de la glucosa?.
Según investigaciones, han sugerido que la hora del día es indicativa e influye en la respuesta de la glucosa posprandial a una comida, por lo que tiene un efecto importante en la diabetes.
Sabemos los beneficios de consumir comidas durante el día en vez que por la noche sobre la glucemia posprandial. Cenas tardías se asocian con menor sensibilidad a la insulina. Modificar la composición de macronutrientes de las comidas nocturnas, al aumentar el contenido de proteínas y grasas, ha demostrado ser una estrategia sencilla para mejorar la glucemia posprandial. Los alimentos de bajo índice glucémico (GI) que se comen por la mañana mejoran la respuesta glucémica con un efecto mayor que cuando se consumen por la noche.
El orden de presentación de los alimentos también tiene un potencial considerable para reducir la glucemia posprandial (consumir primero verduras, luego carne y finalmente arroz).
Nuestros relojes circadianos preparan nuestro cuerpo para los eventos diarios donde se incluyen parámetros fisiológicos como la secreción de hormonas, los latidos del corazón, el flujo sanguíneo renal, el ciclo sueño-vigilia y las fluctuaciones de la temperatura corporal. La alteración de este ritmo (trabajos nocturnos por ejemplo), influye en la ingesta de alimentos, el metabolismo de la glucosa, la regulación del peso y la obesidad.
Hormonas que afectan al metabolismo de la glucosa como la insulina (en caso de diabetes tipo 2), melatonina o cortisol siguen un ritmo circadiano y por tanto, la ingesta de un alimento será distinta según los picos de acción de estas hormonas.
También destacar que cada persona sigue un patrón de “cronotipo” propio y por tanto distinto al de otra persona. Además, existen factores externos que influyen directamente en nuestro ritmo circadiano, como son, luz solar, actividad física, un correcto sueño y la alimentación que modulan la acción fisiológica de ciertas hormonas que participan en la homeostasis de la glucosa.
Los sistemas de asa cerrada ayudan en las modulaciones producidas en el metabolismo de la glucosa, realizando los ajustes correspondientes según vayan sucediendo de manera autónoma y facilitando por tanto la gestión de la diabetes.
Si bien la crononutrición es una ciencia que avanza, todavía queda mucho por aprender sobre la naturaleza y el momento en que se proporciona la dieta para regular la homeostasis de la glucosa.