Nunca hay que dejar de aprender y adaptarse, por Inma Esteban García
Entre los divulgadores de diabetes, ya hemos conocido a varios profesionales de la salud, que ofrecen su opinión desde los dos lados de la diabetes. Es el caso de Inma Esteban García, a la que quizá conocéis ya por su perfil @inma_diabetes. Enfermera especializada en diabetes, Inma lleva más de dos décadas conviviendo con la enfermedad.
Como enfermera y persona con DT1, has vivido el debut desde los dos lados. ¿Qué enseñanza de tu debut aplicas a la hora de tratar con personas que están descubriendo ahora que tienen diabetes?
Al principio, reconozco que enfrentar el diagnóstico es bastante complicado, debido a que la diabetes es continua, no permite una tregua y se incorpora sin permiso alguno en nuestra rutina diaria. Pese a ello me gustaría transmitirles toda la fuerza a las personas que han sido diagnosticadas recientemente, dándoles esperanza y confianza, ya que con el apoyo adecuado y una correcta educación terapéutica, la realidad es muy diferente.
No es un camino fácil, pero con progreso asimilando poco a poco los conocimientos y poniéndolo en práctica pueden llegar a tener una vida sin limitaciones.
Como enfermera, recibes información y protocolos a la hora de tratar gente con diabetes. ¿Cómo los valoras? ¿Echas algo en falta?
Como enfermera, he de reconocer que enfrentamos un desafío debido a que contamos con un sistema muy protocolizado y a la falta de vacantes disponibles para su implementación. Los protocolos estandarizados son esenciales para garantizar una atención uniforme y de calidad, pero a veces no se ajustan completamente a las particularidades de cada paciente.
Cada persona con diabetes es única, con diferentes estilos de vida, condiciones comórbidas y circunstancias personales que influyen en su manejo de la enfermedad. Así es cómo considero que una atención más centrada en la persona podría mejorar significativamente los resultados y la satisfacción de los pacientes.
Necesitamos evaluar mejor las necesidades específicas de cada individuo y permitir que los protocolos sean más flexibles, adaptándose a las características y contextos particulares de cada paciente. De esta forma, echaría en falta aumentar el número de enfermeras especializadas en educación terapéutica en diabetes para garantizar una atención óptima y basada en evidencia.
Tras 23 años con diabetes, ¿cómo ha cambiado el cuidado de la enfermedad en todo este tiempo?
Durante los últimos 23 años, he sido testigo de un cambio bestial en el cuidado de la diabetes. La introducción de tecnologías como la monitorización flash y continua de glucosa ha revolucionado nuestra capacidad para gestionar la enfermedad.
Todavía recuerdo cuando teníamos que hacer las tiras de orina. No existían muchos recursos para apoyarnos, todo era muy incierto y a menudo frustrante. Las decisiones terapéuticas eran mucho más difíciles y arriesgadas porque carecíamos de datos precisos.
Sin embargo, gracias a los nuevos sistemas proporcionan datos precisos y actualizados incluso se han introducido alarmas en los dispositivos, que alertan sobre el riesgo de hiperglucemia o hipoglucemia, y recordatorios útiles para el control diario. Estos avances han mejorado significativamente la precisión, comodidad y seguridad en nuestras vidas.
Eras muy joven cuando debutaste, y prácticamente podemos decir que no experimentaste lo que es vivir sin diabetes. ¿Crees que eso hace más llevadero el
cuidado de la enfermedad?
Al hilo de esta pregunta, recuerdo las palabras que me comentaron cuando era pequeña: "El tener diabetes es como tener un seguro de vida”, ya que implementar un estilo de alimentación saludable y la práctica de ejercicio hace que me ayude al control de la misma. Por eso creo que depende de cómo afrontes esta condición. Si bien es cierto que debuté a una edad muy temprana y prácticamente no he experimentado la vida sin diabetes, creo que el aspecto más importante es cómo uno maneja la situación.
No obstante, pienso que lo que hace más llevadero el cuidado ha sido la seguridad de mi pareja que batalla cada día a mi lado, un equipo de profesionales que me apoyan, amigos que entienden mi situación, y la educación adecuada sobre mi condición. Todo este entorno favorece sin duda la capacidad de adaptación que tengo, haciendo los alcanzando retos que antes ni me hubiese planteado.
Trabajas en una consulta especializada en tratar personas con diabetes. ¿Cuál es el principal motivo por el que llegan los pacientes a vuestra consulta?
El principal motivo por el que los pacientes llegan a nuestra consulta en diabetes varía, pero dos grupos predominantes son mujeres que desean quedar embarazadas y necesitan controles previos más estrictos para tener un embarazo sin complicaciones, y padres de niños que han debutado recientemente con la enfermedad.
En el primer caso, las mujeres buscan asesoramiento y seguimiento especializado para garantizar un embarazo saludable y seguro. En el segundo caso, las familias de niños recién diagnosticados necesitan orientación sobre cómo gestionar la alimentación y el ejercicio físico, así como recursos para adaptarse a la nueva realidad de la enfermedad.
Siempre hablamos mucho de los consejos que damos a las personas que están empezando con la diabetes. Cambiemos, ¿qué consejo le darías a alguien que, como tú, lleva ya décadas viviendo con ella?
El consejo que daría a alguien que lleva décadas viviendo con la diabetes es nunca dejar de aprender y adaptarse. A lo largo de los años, la gestión de la diabetes puede presentar nuevos desafíos y cambios en las necesidades.
Por eso es importante mantenerse actualizado sobre los avances en el tratamiento y la tecnología, y estar abierto a ajustar la estrategia de manejo según sea necesario. Además, es crucial cuidar tanto la salud física como la emocional, buscando apoyo cuando sea necesario y recordando que no estás solo en este camino. La experiencia acumulada a lo largo de los años puede ser una gran fortaleza, pero también es importante recordar que siempre hay más por aprender y mejorar.
Y por último el entorno, contar con un sólido sistema de apoyo es fundamental para enfrentar los desafíos que surgen a diario. Es muy importante tener amigos que comprendan las complejidades de la condición, que brinden apoyo emocional y estén dispuestos a acompañar en los momentos difíciles. Una pareja comprensiva que puede ser un pilar fundamental, ofreciendo no solo apoyo práctico, sino también un hombro en el que apoyarse en los momentos de incertidumbre y preocupación. Y la presencia claro está de profesionales competentes y humanos.