Hipoglucemias y sistemas integrados, por InsulinRock
Hoy InsulinRock nos habla de su experiencia personal con los sistemas integrados y la gestión de las hipoglucemias.
Seguramente no sea el primero que dice eso de que “los Sistemas Integrados han llegado para quedarse” y es que es una realidad cada vez más abundante, y que así sea. Yo, precisamente, soy usuario de un sistema integrado desde hace ya unos años y el cambio que ha habido en mi calidad de vida ha sido brutal. Pero, todo cambio y toda mejora que sehace para evitar una serie de problemas, normalmente, acaban generando a su vez otros cambios que debemos tener en cuenta.
Hoy no voy a hablar del rollo de tener que llevar una maleta de viaje sólo para las cánulas y materiales de la bomba, ni de las burbujas en el sistema de infusión o de que el sensor se te pueda romper en el lugar y momento más inoportuno; hoy voy a hablaros de la hipoglucemia en una persona que utiliza un Sistema Integrado. Habrá quien diga “un Sistema Integrado es un Sistema Integrado” si, pero una hipoglucemia sigue siendo una hipoglucemia y es que, aunque estos sistemas tengan una serie de mecanismos que tratan de evitar la hipo, cuando esta está por llegar no hay quien la pare. Cabe hacer hincapié en que con estos sistemas el tiempo en hipoglucemia se suele reducir una barbaridad y que las hipoglucemias graves son, prácticamente, inexistentes, pero puede haber de todo y tenemos que estar preparados para cualquier situación.
Generalmente, para solventar una hipoglucemia, se suele recomendar la famosa regla del 15 (15 gramos de hidratos y esperar 15 minutos), pero cuando ya llegamos a cierto nivel de autocontrol y autoconocimiento, solemos adaptar la cantidad de hidratos a nuestras necesidades personales y también somos más consciente de que la subida de los niveles del glucosa en el sensor tardan algo más que 15 minutos, por lo que esperamos más tiempo para volver a tomar hidratos. Al final, en una persona adulta, la cantidad de hidratos que toma en una hipoglucemia normalita (de 60-70 mg/dl) rondarán esos 10-15 gramos; en niños esto será entre 4 y 8 gramos en función del peso y estatura. Y de esta forma se evitará el clásico rebote que acaba subiendo los niveles hasta el infinito y más allá.
A la hora de elegir la cantidad de hidratos de carbono que vamos a tomar para corregir esa hipo, otra de las cosas que debemos tener en cuenta es la insulina activa, ya que si la hipoglucemia aparece y tenemos una cantidad de insulina activa en el cuerpo considerable del último bolo de insulina que nos pusimos, tendremos que añadir una cantidad de hidratos que compensen esa insulina activa que aún tenemos, pero ¿que ocurre en el caso contrario?
Cada Sistema Integrado tiene su forma de funcionar, pero al final las necesidades basales son infundidas y es lo primero que, en caso de predicción de hipoglucemia, el sistema comienza a quitar. Es decir, que si somos usuarios de un Sistema Integrado llegaremos a la hipoglucemia prácticamente secos de insulina, incluyendo dentro de ese “seco” a la insulina basal. Podemos haber estado casi una hora con la bomba de insulina parada sin poner insulina tratando de evitar esa hipoglucemia y si, finalmente, esa hipoglucemia se produce, ahí es donde podemos tener un problema, ya que si en ese momento introducimos la misma cantidad de hidratos que tomábamos cuando usábamos bolígrafos de insulina o una bomba convencional, lo más probable es que acabemos en una hiperglucemia considerable. Es por esto que en esos casos habría que rebajar la cantidad de hidratos a la mitad; unos 5 o 7 gramos de hidratos en adulto y unos 2 o 4 gramos en niños.