Diabetes y enfermedad ocular
Las personas con diabetes deben prestar una atención especial a su salud ocular [1]. Con el tiempo, se puede desarrollar una enfermedad ocular llamada retinopatía diabética. [1,2,3,4]. ¿Qué es la retinopatía diabética y cuáles son sus causas y sus síntomas? ¿Cómo se puede prevenir y tratar? Sigue leyendo para conocer las respuestas.
Definición y causas
La retina, situada en la parte posterior del ojo, se compone de varias capas de células nerviosas sensibles a la luz. Nos permite ver al transformar las señales luminosas del entorno en impulsos neuronales eléctricos y transmitirlas al cerebro [5,6].
La retinopatía diabética se caracteriza por una serie de lesiones en la retina [2], provocadas principalmente por:
- la duración de la diabetes [1,2,4];
- la diabetes sin controlar (especialmente en el caso de episodios frecuentes de hiperglucemia) [1,3,4];
- tensión arterial alta [1,4].
Es una de las complicaciones más frecuentes de la diabetes [3]. Afortunadamente, solo una minoría termina desarrollando deficiencias visuales [2].
Síntomas
La retinopatía diabética suele desarrollarse sin síntomas durante muchos años antes de que la visión empiece a deteriorarse [1,2,3,4]. Consta de dos fases [1,2,3,4]:
- la fase temprana, llamada retinopatía diabética no proliferativa. En esta fase, no suelen presentarse problemas de la visión, aunque la retina se vuelve más frágil: sus vasos sanguíneos se bloquean y empiezan a tener extravasaciones, que terminan por interrumpir el flujo sanguíneo a determinadas zonas de la retina. Se pueden observar microaneurismas (dilatación de los vasos sanguíneos de la retina) [1,2,3];
- la fase avanzada, llamada retinopatía proliferativa. Para compensar la falta de riego sanguíneo, se forman nuevos vasos anómalos en las papilas, y en el iris y la retina. Esto puede ir acompañado de un edema macular, es decir, una inflamación o engrosamiento de la mácula (el centro de la retina) debido a la acumulación de líquido. En casos más avanzados, también se puede producir una hemorragia en el ojo, un desprendimiento de retina o un glaucoma neovascular. En esta fase, se pueden presentar varios síntomas, como la pérdida de agudeza visual y la distorsión de las imágenes [1,2,3].
La retinopatía diabética puede provocar ceguera si no se trata. Para prevenir su aparición, varios estudios clínicos recomiendan visitar a un oftalmólogo periódicamente. [1,2,3,4]
Diagnóstico y detección
El diagnóstico de la retinopatía diabética se realiza a través de una oftalmoscopia, un procedimiento rutinario en el que el oftalmólogo examina la retina [3,4]. Se puede utilizar para detectar la retinopatía aunque no existan síntomas [1,3].
La mayoría de las directrices recomiendan a los adultos y los niños mayores de 10 años con diabetes tipo 1 someterse a una exploración completa en el plazo de 5 años tras el diagnóstico inicial de diabetes y, en ausencia de retinopatía, otra exploración al año como mínimo [1,4].
Las directrices para la detección de la retinopatía diabética en personas con diabetes tipo 2 pueden diferir en función de los países: la American Diabetes Association (ADA) recomienda una exploración en el plazo de cinco años tras el diagnóstico, mientras que la Deutsche Diabetes Gesellschaft (DDG) recomienda la derivación a un oftalmólogo tan pronto como se diagnostique la diabetes [1,4].
Esta exploración no es obligatoria para las mujeres que desarrollen diabetes gestacional durante el embarazo [4]. Sin embargo, sí se recomienda a las mujeres embarazadas con diabetes preexistente que se realicen una oftalmoscopia durante el primer trimestre y que se sometan a un control estrecho durante el embarazo y hasta un año después del parto [4].
Tratamiento
La terapia con láser previene la pérdida de visión ocasionada por la retinopatía diabética [1,2,3,4].
La vitrectomía, un procedimiento quirúrgico para extraer el vítreo (la zona situada detrás del cristalino), puede impedir la pérdida de visión incluso en casos de retinopatía diabética proliferativa avanzada [1].
Otro tratamiento beneficioso para personas con retinopatía diabética en fase temprana y avanzada es la inyección de agentes anti-VEGF (contra el factor de crecimiento del endotelio vascular) en el ojo [1,2,3,4]. En la actualidad, solo la Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado varios fármacos anti-VEGF que se han sometido a ensayos clínicos [3].
Aunque estos tratamientos pueden ralentizar la progresión de la retinopatía diabética y prevenir la pérdida de visión, se aconseja realizarse revisiones periódicas con un oftalmólogo, además de controlar adecuadamente la diabetes y la presión arterial para prevenir complicaciones oftalmológicas [1,2,4].
Fuentes
- A.N Kollias and M.W. Ulbig. Diabetic Retinopathy. Dtsch Arztebl Int 2010; 107(5): 75–84. doi: 10.3238/arztebl.2010.0075.
- J.M. Forbes and M.E. Cooper . Mechanisms of diabetic complications. Physiol Rev 93: 137–188, 2013. doi:10.1152/physrev.00045.2011
- W. Wang and A.C. Y. Lo. Diabetic Retinopathy: Pathophysiology and Treatments. Int. J. Mol. Sci. 2018, 19, 1816. doi:10.3390/ijms19061816.
- R.A Gangwani , JX Lian, S. M McGhee, D. Wong, KKW Li. Diabetic retinopathy screening: global and local perspective. Hong Kong Med J 2016;22:486–95. doi : 10.12809/hkmj164844.
- Mrinalini Hoon, Haruhisa Okawa, Luca Della Santina, Rachel O L Wong. Functional Architecture of the Retina: Development and Disease. Prog Retin Eye Res. 2014 Sep;42:44-84. doi: 10.1016/j.preteyeres.2014.06.003. Epub 2014 Jun 28.
- H Kolb. The architecture of functional neural circuits in the vertebrate retina. The Proctor Lecture. Invest Ophthalmol Vis Sci. 1994 Apr;35(5):2385-404.